¿Qué fue de la oveja despedazada en Nueva Zelanda? ¿Y del ¡trata de arrancarlo, Carlos!, ¡trata de arrancarlo, por dios! en Inglaterra? Como dirían Garcilaso de la Vega y Jorge Manrique, «Ubi sunt?». Se acabó. Después de tantos años haciendo leña del árbol caído, de tantos buenos momentos vividos a su costa, Carlos Sainz ha ganado. Qué desconsiderado, si supiera cuántos monologuistas se han visto obligados a cancelar bolos para reformular sus espectáculos.
El madrileño y su copiloto Lucas Cruz se han impuesto en la categoría de coches del Rally Dakar 2010. Ya no habrá más chistes, el gafe murió. Nunca importó el hecho de que el piloto madrileño no siempre perdiera, puesto que se proclamó campeón del mundo de rallies en dos ocasiones (1990 y 1992). Tampoco importará que no haya vencido a orillas del Lago Rosa en Senegal, sino al otro lado del Atlántico, en Buenos Aires, donde curiosamente se halla la Casa Rosada, despacho de los Presidentes argentinos. El caso es que desde este momento habrá que buscarse otro objetivo de burla. Hemos perdido a Carlos Sainz, eso o nos lo han cambiado. Es el precio que hay que pagar por hacer justicia. Pero el recuerdo de su gafe siempre vivirá… en YouTube, y en nuestros corazones, cómo no.
Sobretodo es buen piloto
como bien ha demostrado
(porque es que ha ganado todo
en lo que ha participado).
Mas casi más que sus logros,
lo que hace famoso a Carlos
es cómo ha tocado fondo
por ser alguien tan gafado.
“Carlos, trata de arrancarlo”
-gritaba su copiloto
con todo desesperado-
“Trata de arrancarlo, Dios”
– y el coche quieto, calado-
“Me cago en la puta”- se oyó…
¡qué lenguaje más humano!.
Y ese otro grito que fué:
“Luis, esa rueda va floja,
¿Tú la has apretado bien?”
– le preguntaba a Luis Moya-
“¡Que la vamos a perder!”.
“Está muy bien apretada,
todo lo que pude y más”
(la rueda previa, pinchada,
la tuvieron que cambiar
tras encontrarse una cabra)
“¡Ostia!, ¡Puta!, ¡el animal!”
“¡Que la vamos a perder!”
– Y justo en ese momento,
como predijo muy bien,
nos quedamos todos muertos
porque la rueda se fué.
Y éstas sólo son algunas
de las múltiples gafadas
porque es que ha tenido muchas
(no soy capaz de contarlas).
Pero ha ganado el DAKAR
y el gafe pasa a otro plano,
y ya volvemos a hablar
de nuestro piloto Carlos
como ese auténtico Crack
que todo lo ha conquistado.
“El segundo es el primero
de todos los perdedores”
Una frase de un guerrero
montado a lomos de un coche
que todos recordaremos
como un rey de los motores.
Saludos argentinos!